Tu cuerpo es un campo de batalla. La política no solo tiene que ver con procesos externos a nuestro cuerpo y sentires, no es algo que pasa afuera, nuestro cuerpo es político, lo privado es político, por tanto nuestro cuerpo es un campo de batalla, en donde desde la prácticas se resiste y lucha.
Lo primero que se me viene a la mente al pensar el caso de la Jueza Karen Atala, es la célebre frase de Monique Wittig “las lesbianas no son mujeres”. Seis años tuvieron que pasar desde que le quitaron la tuición de las hijas de Karen por tener de pareja a otra mujer. El estado chileno fue tajante al decir que al compartir con su pareja ponía es riesgo el “desarrollo integral de los menores”. Estamos frente a un caso que devela muchas capas obvias que se sostienen como verdades imperecederas e incuestionables en nuestro país, primero que todo se cuela subrepticiamente cual es la sexualidad legítima de las mujeres, la heterosexual.
La mujer en Chile tiene roles bien definidos, que son ser jefa de hogar, madre y si puede, ser apoyo del hombre al aportar al hogar. Cuando nos enfrentamos al caso de una pareja de mujeres que sustentan un hogar y crían niñas y no hay un hombre quien sea un referente de masculinidad al parecer es tan peligroso que pone en riesgo su integridad. Por eso la jueza Karen no era mujer, no tiene derecho a ser madre, por que cuestiona a la familia, cuestiona al rol del padre, pone en jaque la maternidad en un seno femenino sin lo activo del macho alfa. No se cuestiona eso si en Chile, como muchas mujeres crían a sus hijos e hijas solas y si sus madres o suegras ayudan a criar el papel del hombre proveedor pasa a un segundo lugar, no implica necesariamente a un peligro hacia los niños y niñas abandonados por sus progenitores.
El régimen heterosexual se cuela en las leyes chilenas, se cuela en el fascismo de los jueces y juezas quienes tienen en su poder la interpretación de leyes que juegan a favor de una parte de la sociedad, que es la sociedad católica de clase alta. Las leyes no son sinónimo de justicia, ni de equidad para todos y todas.
El caso de la Jueza es un caso emblemático, por que salió a la luz pública, pero personalmente como activista a favor de mujeres y hombres con masculinidades, feminidades o sexualidades no hegemónicas, he visto muchos casos de parejas de lesbianas criando juntas a un hijo o hija, y no necesariamente implica un riesgo a tales niños y la discriminación existe, pero no se nota en estos casos por que las personas con sexualidades disidentes quedamos recluidas al juego visibilización/invisibilización. La jueza aun teniendo las herramientas para luchar por su causa esperó 6 años a que saliera el fallo desde la comisión interamericana de DDHH, en un informe de 42 páginas pide al estado chileno que enmiende su error, con lo que el presidente de la corte suprema contesta que no hubo ninguna discriminación en el caso de la jueza y que es un caso juridiccional y está cerrado. O sea, si Chile no se retracta se irá a juicio. En Chile algunas cosas son así, estables e incuestionables, al parecer nos encanta ser gobernados y gobernadas por una clase de papanatas naturalistas, esencialistas y con una moral católica que pareciese ser universal, como si fuese la única moral o la única ética.
Pero en Chile aviso que aunque el país se vea muy blanquito (por que hasta nos blanquearon a nuestra querida poetiza lesbiana Gabriela Mistral en los billetes nuevos), no somos tan así, habemos un reducto de feministas sin vagina, hombres lesbianos, mujeres masculinas, mujeres con barbas, mujeres infértiles, niños y niñas concientes que luchamos en resistencia con nuestros cuerpos y actos en contra de estas leyes hegemónicas y fachas, el existir y el habitar existe, el respiro está, lo que pasa que no se ve… yo veo a Karen en cada una de las mujeres que se van presas por aborto en Chile, veo a Karen cada vez que una chica es expulsada en el colegio por un beso en el baño con una compañera, veo a Karen en las mujeres mapuches que luchan día tras días con las fuerzas policiales fuera de sus comunidades, y así, la lista sigue y sigue….mujeres de hierro, mujeres de nieve, pero ni duras, frías, ni blancas palomitas….
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